Bienvenidos al espacio del proyecto cinéfilo - clásico de la Asociación Naufragio Saigón. Con él, respondemos
a los intereses de un grupo de amantes del cine anterior a 1975 por disfrutar de las que consideramos sus
grandes obras maestras.
No pretendemos ser una referencia, ni un espacio para eruditos; sólo un un punto de encuentro de amantes
del séptimo arte, ávidos por recuperar el buen gusto de lo que fue la época dorada del cine.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

¿Era Cary Grant víctima de la Hiperactividad?

Resulta curioso comprobar el desconocimiento que tiene el público en general - incluidos, periodistas de medios digitales - de algunos trastornos que en realidad pueden ser bastante incapacitantes para el individuo, especialmente en sus primeros años.
El pequeño Archie y su madre, víctima de una grave enfermedad mental.
Este desconocimiento, y el hecho de que se "diagnostiquen" a la ligera y por personas que tienen pocos conocimientos sobre el tema, a famosos con determinadas patologías (A Tom Cruise, por ejemplo, lo podemos encontrar según qué página web como disléxico, hiperactivo o bipolar) hace que se tomen también a la ligera las repercusiones y las medidas que se deben tomar ante un niño con TDAH, el cual puede causar mucho sufrimiento en todo el entorno familiar.

Por ello, y tras consultar la lista de personajes famosos con TDAH que se nos ofrecía en los enlaces del curso, además de echar mano de mi particular vena cinéfila, he decidido indagar en la posibilidad de este trastorno en uno de mis actores favoritos de todos los tiempos, cuya desgraciada existencia puede identificarse, si bien no categóricamente, como propia de un Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad.

Nos referimos a Archibal Alexander Leach, o como todos siempre lo recordaremos: Cary Grant.

El que fuese uno de los principales actores de la historia del Cine (Sólo en segundo lugar, después de Humpfrey Bogart, según el American Film Institute) no tuvo una vida personal especialmente feliz, muy al contrario de la exquisita y envidiable imagen que proyectaba en sus películas.

No sabemos si "a causa de", principalmente porque en este curso estamos aprendiendo que el TDAH es de origen neurobiológico, pero Cary Grant desarrolló síntomas propios de este trastorno tras una serie de acontecimientos desgraciados en la familia.
Su padre abandonó a su madre para casarse con otra mujer, ingresando a ésta en un sanatorio mental y ocultando su existencia a sus hijos hasta que el actor tuvo treinta años.

Su comportamiento, altamente disruptivo, recibió continuas reprimendas en el colegio, destacándose continuos altercados y peleas, una de las cuales supuso su expulsión del colegio. Se describía como incapaz de centrarse y de mantener la atención demasiado tiempo en nada, especialmente si no le interesaba.

Sus continuos devaneos entre todo tipo de actividades, le llevaron a ocupar múltiples oficios, de los cuales era generalmente despedido, hasta que su imponente físico llamó la atención de algunos productores que le dieron sus primeros trabajos como extra, para ocupar posteriormente el lugar que le esperaba en el firmamento cinematográfico.

En Madame Butterfly (1932)
Uno de los comentarios más significativos que podemos añadir para su caracterización como TDAH, fue el realizado por uno de sus principales valedores, Sir Alfred Hitchcock: <<No lo diriges; simplemente lo pones delante de la cámara>> Y es que Grant era muy, muy difícil de llevar, lo que hizo que algunos directores no quisieran contar con sus servicios si no era una imposición expresa de los grandes estudios.
Sorprendía también su dificultad para memorizar los guiones, lo que nos lleva también a la sospecha de poca capacidad de atención.

Si atendemos a los criterios del DSM - V, existen séis o más síntomas que probablemente cumpliera el pequeño Archie, a saber:

A- Patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el funcionamiento o desarrollo que se caracteriza por (1) y/o (2):

1. Inatención

Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades sociales y académicas/laborales:

NOTA: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición, desafío, hostilidad o fracaso para comprender las tareas o instrucciones. Para adolescentes mayores y adultos (a partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo de 5 síntomas.

a. Con frecuencia falla en prestar la debida atención a los detalles o por descuido se cometen errores en las tareas escolares, en el trabajo o durante otras actividades (por ejemplo, se pasan por alto o se pierden detalles, el trabajo no se lleva a cabo con precisión).
Con su amigo íntimo y 'novio' Randolph Scott
b. Con frecuencia tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades recreativas (por ejemplo, tiene dificultad para mantener la atención en clases, conversaciones o lectura prolongada).
c. Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente (por ejemplo, parece tener la mente en otras cosas, incluso en ausencia de cualquier distracción aparente).
d. Con frecuencia no sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares, los quehaceres o los deberes laborales (por ejemplo, inicia tareas pero se distrae rápidamente y se evade con facilidad).
e. Con frecuencia tiene dificultad para organizar tareas y actividades (por ejemplo, dificultad para gestionar tareas secuenciales; dificultad para poner los materiales y pertenencias en orden; descuido y desorganización en el trabajo; mala gestión del tiempo; no cumple los plazos).
f. Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta en iniciar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (por ejemplo tareas escolares o quehaceres domésticos; en adolescentes mayores y adultos, preparación de informes, completar formularios, revisar artículos largos).
g. Con frecuencia pierde cosas necesarias para tareas o actividades (por ejemplo, materiales escolares, lápices, libros, instrumentos, billetero, llaves, papeles de trabajo, gafas, móvil).
h. Con frecuencia se distrae con facilidad por estímulos externos (para adolescentes mayores y adultos, puede incluir pensamientos no relacionados).
i. Con frecuencia olvida las actividades cotidianas (por ejemplo, hacer las tareas, hacer las diligencias; en adolescentes mayores y adultos, devolver las llamadas, pagar las facturas, acudir a las citas).


2. Hiperactividad e Impulsividad
Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades sociales y académicas/laborales:

NOTA: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición, desafío, hostilidad o fracaso para comprender las tareas o instrucciones. Para adolescentes mayores y adultos (a partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo de 5 síntomas.

a. Con frecuencia juguetea o golpea con las manos o los pies o se retuerce en el asiento.
b. Con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que permanezca sentado (por ejemplo, se levanta en clase, en la oficina o en otro lugar de trabajo, en situaciones que requieren mantenerse en su lugar.
c. Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado. (Nota: En adolescentes o adultos, puede limitarse a estar inquieto.).
d. Con frecuencia es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente en actividades recreativas.
e. Con frecuencia está “ocupado”, actuando como si “lo impulsara un motor” (por ejemplo, es incapaz de estar o se siente incómodo estando quieto durante un tiempo prolongado, como en restaurantes, reuniones; los otros pueden pensar que está intranquilo o que le resulta difícil seguirlos).
f. Con frecuencia habla excesivamente.
g. Con frecuencia responde inesperadamente o antes de que se haya concluido una pregunta (por ejemplo, termina las frases de otros; no respeta el turno de conversación).
h. Con frecuencia le es difícil esperar su turno (por ejemplo, mientras espera una cola).
i. Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con otros (por ejemplo, se mete en las conversaciones, juegos o actividades; puede empezar a utilizar las cosas de otras personas sin esperar o recibir permiso; en adolescentes y adultos, puede inmiscuirse o adelantarse a lo que hacen los otros).

B- Algunos síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos estaban presentes antes de los 12 años.
C- Varios síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos están presentes en dos o más contextos (por ejemplo, en casa, en el colegio o el trabajo; con los amigos o familiares; en otras actividades).
D- Existen pruebas claras de que los síntomas interfieren con el funcionamiento social, académico o laboral, o reducen la calidad de los mismos.
E- Los síntomas no se producen exclusivamente durante el curso de la esquizofrenia o de otro trastorno psicótico y no se explican mejor por otro trastorno mental (por ejemplo, trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo, trastorno de la personalidad, intoxicación o abstinencia de sustancias).

En función de los resultados se podrán clasificar las siguientes presentaciones:
Presentación combinada: Si se cumplen el Criterio A1 (inatención) y el Criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) durante los últimos 6 meses.
Presentación predominante con falta de atención: Si se cumple el Criterio A1 pero no se cumple el criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) durante los últimos 6 meses.
Presentación predominante hiperactiva/impulsiva: Si se cumple el Criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) y no se cumple el Criterio A1 (inatención) durante los últimos 6 meses.
Por tanto, en este caso, sí que podríamos sospechar que existiese un patrón de Hiperactividad que, debido al desconocimiento y caracterización del trastorno existente en la época que le tocó vivir, fuera confundido con gamberrismo o vandalismo.

Como decía el viejo psiquiatra <<Es un trastorno si provoca un trastorno>> (en la esfera personal, social y laboral/académica). Está claro que, fuese cual fuese el trastorno, éste provoco una gran infelicidad en el célebre actor, que le desembocó en cinco matrimonios fallidos, sin contar las innumerables y tórridas relaciones que no aparecen en su "currículum" y la imposibilidad de mantener unas relaciones estables y duraderas, ni siquiera entre sus amigos, amén de no poder terminar sus estudios primarios por su incapacidad para adaptarse a las férreas normas establecidas en el entorno escolar de su Inglaterra natal.

Están documentadas las consecuencias en la esfera personal y social del trastorno en la vida de este actor.  Descatan su adicción al alcohol y a otras sustancias psicotrópicas en la edad adulta, la más conocida de ellas el LSD, con lo que aparecerían caracterizadas algunas de las consecuencias del trastorno en la edad adulta, si nos fijamos en el siguiente cuadro: